La llamada Odontología Holística consiste en valorar y estudiar la cavidad oral y los dientes como un reflejo de la totalidad del individuo, teniendo como base que el estado de salud físico, emocional y mental de éste se refleja en su boca. Por ello, se hace necesario saber qué es lo que está produciendo el desequilibrio en el paciente, saber el origen de la enfermedad para así poder abordar la causa y no sólo tratar el efecto que produce. Esta odontología lo que hace es tratar al enfermo y no la enfermedad, e incluye valorar aspectos estructurales, emocionales, bioquímicos, geopáticos, de terreno… de la persona.
Hay un principio Hipocrático fundamental que se tiene en cuenta al realizar esta práctica y es “Primum Non Nocere”, lo que significa, “Primero no perjudicar”. En este sentido, se defiende es que los tratamientos que se han de llevar a cabo han de ser lo menos invasivos posible y a partir de la medicina natural, como puede ser la homeopatía, flores de Bach, aromaterapia, fitoterapia, etc.
En tratamientos como extracciones, endodoncias, curetajes, etc., es saludable realizar la Terapia Natural, que pretende neutralizar las irritaciones derivadas mediante inyecciones en puntos específicos según la historia de la vida de cada persona, para que su sistema nervioso busque un nuevo orden de mayor equilibrio, en el cual, el dolor, la infección, la alergia, el desarreglo hormonal, etc., quizás ya no tendrán necesidad de ser.
Por otra parte, uno de los pilares más importantes en el que centra su visión es en la no utilización de metales en el interior de la boca, sustituyéndolo por elementos cerámicos como el zirconio, o la utilización de equipos que separan la amalgama de mercurio, con protocolo de seguridad, para evitar la contaminación del medio ambiente; o bien composites y resinas libres de bisfenol.